Esta semana he visto algunas plantas florecer en mi ruta al trabajo, de regreso a casa y en las caminatas que he podido hacer fuera de mi rutina diaria. En Berlín el 21 de marzo marcó la transición oficial a la primavera y a pesar de que el gris berlinés distrae mucho, hay uno que otro estallido amarillo o blanco, forsythias o flores de cerezo, que confirman cierta transformación. Estuve leyendo el ensayo “What a Plant Sees” (Lo que ve una planta) de Daniel Chamovitz en el que habla sobre cómo las plantas perciben la luz y lo aguda que puede ser su visión “… lo que mide una planta no es la duración del día, sino la duración de los periodos continuos de oscuridad.” Y por un momento me sentí más planta que nunca. Hace apenas un par de semanas ya podía despertarme sin mucho esfuerzo a las 6:30 am y nunca deja de sorprenderme cómo mi cuerpo se adapta a las temporadas naturalmente. Pero también, como toda planta, estoy sujeta a la manipulación humana: este fin de semana se hizo el cambio al horario de verano y mis 6:30 son ahora 5:30 –estoy segura de que no se sentirán tan ligeras.
En este proceso de cambios primaverales se abre una nueva temporada de recolección de plantas salvajes. Llevo un año esperando recolectar flores de acacia negra (Robinia Pseudoacacia) para preservarlas en miel. Esta especie solo florece por tan solo unos días –más hacia el final de la primavera– en esta parte del mundo. Hay dos árboles en Gleisdreieck, un parque que queda a unos quince minutos caminando desde mi casa, donde las vi por primera vez. Su olor es dulce e inesperado, entra por ráfagas, así como su sabor –similar al de la vainilla. Alexis Nikole, aka Black Forager (mi científica / entusiasta de la ciencia medio-ambiental favorita) dice que son las flores más sabrosas que ha probado. Abajo una foto de la última flor que pude recolectar en el 2022:
Pero la abundancia que se avecina en el paisaje tiene una protagonista para mí: el diente de león. Una planta muy salvaje. Un pompón amarillo que surge entre las comisuras de cualquier rincón. Es tan salvaje que sus semillas se depositan en los resquicios del asfalto y en estas últimas semanas de marzo ya podemos observarla florecer entre escalones de concreto o en el borde de las aceras. Escuché una entrevista de “For The Wild Podcast” que le hicieron a Rosemary Gladstar, la bruja más bruja de todas, una mujer que ha sido pionera en la investigación sobre las plantas y sus propiedades medicinales. En la conversación hablaron de la planta diente de león como un ejemplo de esas especies salvajes que prosperan incluso en lugares donde hay cierta disrupción en el balance natural del ecosistema. Y las llamaban plantas co-creadoras ya que además de que les gusta la alteración que creamos, suelen ser las plantas más curativas. Son las plantas que se reconectan con el entorno y las llaman plantas de sucesión, ya que a través de estas interacciones regeneran y sanan la tierra continuamente.
Esta energía acumulada –que apunta a cierto renacer– conecta mucho con el inicio de la entrevista de Rosemary en el que apela a la importancia de crear ceremonias y vivir el día día con intención. Mi propósito será seguir mirando a mi alrededor con intensidad, curiosidad e intención. Y también releer a Rosemary:
concordia
- Ejemplares de la revista concordia y libros de flores degeneradas están disponibles para consulta en la Biblioteca Iberoamericana de Berlín y en la Biblioteca de TEA, Tenerife Espacio de las Artes. Las bibliotecas con espacios de resistencia por excelencia y agradezco que mis proyectos formen parte del archivo de dos instituciones cuyo trabajo cultural y comunitario admiro tanto.
popurrí
- Hablando de diente de león. La Editorial Diente de León, quienes han traducido a Rosemary Gladstar, entre otras personas que son grandes referentes para mí, publicaron recientemente la primera edición traducida al español del libro de cabecera Tradiciones culinarias, de Sally Fallon. “El libro de cocina que cuestiona la nutrición políticamente correcta y a los dictócratas de la dieta.” #superrecomendado
- Como aperitivo para los primero brebajes y experimentos primaverales, a continuación comparto un par de recetas con diente de león. Estas notas las hice para un proyecto que preparé con el colectivo cocinas alterinas (Gabriela Aquije + Mayar El Bakry) y Carolina Zegarra.
diente de león
alcaparras de diente de león (principios de primavera)
Ingredientes: 1 taza de brotes de diente de león. 1 taza de vinagre de manzana crudo. 1 cucharada de sal marina. Instrucciones: rellena una jarra de vidrio con brotes de diente de león. Prepara una salmuera con vinagre de sidra de manzana y sal. Viértela en el tarro con los brotes de diente de león. Déjalo reposar durante una semana y después guárdalo en la nevera.
ensalada de diente de león / pesto de diente de león
El diente de león es una planta estupenda para añadir a las ensaladas. Una vez que el diente de león florece, puedes empezar a probar las hojas para comprobar su nivel de amargura. Cuanto más jóvenes sean las hojas, menor será el sabor amargo, lo cual es ideal para ensaladas. Si te encuentras con hojas amargas, puedes preparar un pesto con semillas de girasol y mucho aceite de oliva (condimenta al gusto).
- Mientras escribo escucho mis playlists más viejos que he podido conseguir online. Una gran parte de ellos siguen disponibles en la plataforma 8tracks a través de Youtube. Creo que esta fue mi “red social” favorita hasta que eliminaron 50% de mi contenido y no seguí publicando. Y mientras horneo una versión de esta torta de limón sin gluten de Aran Goyoaga escucho a Fiona Apple.
desde Kreuzberg - Berlín,
Rebeca Pérez Gerónimo.
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